Principios terapéuticos de la equinoterapia

El caballo el mejor amigo del ser humano




Durante siglos el caballo ha puesto al servicio del hombre su fuerza corporal y velocidad en el ámbito del transporte, militar o deportivo. Su disposición  de servir al hombre ha sido inagotable 

Hoy en día el caballo pone a nuestro servicio tres características  especificas que forman la base para la utilización de la equitación como terapia:


  • La transmisión de su calor corporal:
El calor corporal del caballo es de 38°C, es decir, es mas caliente que el cuerpo humano, esto se aprovecha como un instrumento calorífico para distender y relajar musculatura y ligamentos, y estimular la sensopercepción táctil.
En el área  psiocoafectivas puede fungir como sustituto de calor materno. En pacientes con disfunciones psicopatológicas  se pueden invocar experiencias de regresión que ayudará a liberar traumas malignos  y bloqueos psíquicos. 
  • La transmisión de impulsos rítmicos
El caballo trasmite por medio del movimiento de su lomo impulsos rítmicos el cinturón pelvico, a la columna vertebral y a los miembros inferiores del jinete. Al caminar en paso se transmiten de 90 a 110 impulsos por moinuto a la pelvis del jinete; al caminar en trote aumenta la cantidad de estos.
El propósito de la fisiterapia consiste en proporcionar estímulos fisiológicos para regularizar el tono muscular y desarrollar el movimiento coordinado
  • La transmisión de un patrón de locomoción equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana.
Este principio adquiere especial importancia en la hipoterapia  en el tratamiento de disfunciones neuromotoras como la parálisis cerebral.
El cerebro humano no solo registra movimientos aislado, sino toda una gama de patrones motores. El patrón fisiológico de la marcha humana  que el paciente realiza durante la monta  se graba en el cerebro  y con el tiempo se automatiza, lo que posibilita su transferencia  a la marcha pederstre (Strauss, 1991)

El patrón de marcha es muy parecido al de ser humano.