Durante siglos el caballo ha puesto al servicio del hombre
su fuerza corporal y velocidad en el ámbito del transporte, militar o deportivo. Su disposición de servir al hombre ha sido inagotable
Hoy en día el caballo pone a nuestro servicio tres características especificas que forman la base para la utilización de la equitación como terapia:
- La transmisión de su calor corporal:
En el área psiocoafectivas puede fungir como sustituto de calor materno. En pacientes con disfunciones psicopatológicas se pueden invocar experiencias de regresión que ayudará a liberar traumas malignos y bloqueos psíquicos.
- La transmisión de impulsos rítmicos
El propósito de la fisiterapia consiste en proporcionar estímulos fisiológicos para regularizar el tono muscular y desarrollar el movimiento coordinado
- La transmisión de un patrón de locomoción equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana.
El cerebro humano no solo registra movimientos aislado, sino toda una gama de patrones motores. El patrón fisiológico de la marcha humana que el paciente realiza durante la monta se graba en el cerebro y con el tiempo se automatiza, lo que posibilita su transferencia a la marcha pederstre (Strauss, 1991)
El patrón de marcha es muy parecido al de ser humano.
